Freitag, 13. Februar 2009

Tatort

Películas policiacas y series de crímen y misterio no son de las mejores cosas que Alemania sabe producir. Ha habido algunos buenos intentos, pero nada que me haya hecho sentir un deseo irresistible de ir al cine o pasar la noche entera pegada a la tele (que no tengo). Para eso prefiero ver “El silencio de los corderos” (por tropecienta vez). O películas basadas en novelas de Henning Mankell, con el comisario Wallander. O – si realmente me apetece mucho y no hay alternativas – “Crossing Jordan” o “Cold Case”. A pesar de todos estos argumentos, el crímen del domingo “Tatort” (lugar de crímen) ha sobrevivido desde hace casi 40 años. Van 722 capítulos (más los que estan rodando y los que ya estan terminados y esperando que los echen por la televisión), no hay quién no lo conozca, y ni siquiera han cambiado el principio con su melodía característica.

Son 90 min (sin publicidad) de suspense, como cualquier película policiaca (o mejor), pero con mucha crítica social, temas de actualidad, características locales y regionales, y discusiones controversas en el foro de internet de la página oficial. Pero a pesar de no ser un programa ligero y de comedia disfruta de una popularidad general impresionante en Alemania, Austria y Suiza. Por supuesto hay excepciones. Por ejemplo gente del norte de Alemania que no entiende a los austríacos (por hablar un alemán muy distinto), o gente de Suabia y Sajonia que critica que los nuevos comisarios de Stuttgart y Leipzig hablan menos dialecto que sus antecesores que se jubilaron el año pasado. Y admito que ha habido capítulos muy, muy raros, para no decir penosos. Pero, bueno, esperamos una semana y no nos decepcionarán dos veces seguidas. Tatort es un clásico. En muchos sitios se han establecido bares a los que la gente peregrina domingo tras domingo para ver los nuevos episodios con espaguetis con salsa de tomate, unas cañas y otros aficionados. Desafortunadamente hasta ahora no hay ninguno en Heidelberg (si me quedo sin trabajo abriré el primero :-).
Tatort ha sobrevivido incluso en tiempos duros. La competencia de la televisión privada, la caída del muro de Berlín y la reunificación, la eterna emisión paralela de películas de Rosamunde Pilcher, y, que no se olvide, la prohibición del consumo de tabaco en la televisión pública. Mientras el comisario Trimmel fumaba cadena y cogió el taxi a Leipzig envuelto en una gran nube de humo en el primer episodio del 1970, desde hace algunos años todos los comisarios se han librado del vicio (si fue necesario) convirtiéndose en excelentes modelos para la juventud. Por cierto, la mayoría de los sospechosos y asesinos también lo son – por lo menos en cuanto a su consumo de tabaco.
Por lo que sea, el concepto de Tatort funciona. Hay rumores que ahora los holandeses intentarán copiarlo. Como tienen más de 700 capítulos alemanes para sacar ideas e inspiraciones no puede ser tan difícil. Incluso los americanos, que por costumbre se niegan a doblar películas y prefieren producciones americanas, podrían sorprender a su público traumatizado del CSI-de-no-sé-dónde y rodar los primeros 700 episodios en inglés para salvar la industria cinematográfica que como todos ha sufrido a causa de la crísis. Con un buen concepto de marketing, algunos actores conocidos para los papeles de comisari@, un poco de suerte (y quizás unas pocas de escenas con más acción en los viejos capítulos) podrían reclutar un público fiel y aficionado como lo es el alemán.
En caso de que necesiten ayuda, me pueden llamar cuando quieran. Excepto los domingos entre las 20.15 h y las 21.45 h.

Keine Kommentare:

Kommentar veröffentlichen